jueves, 12 de noviembre de 2015

Doce de noviembre

¿Por qué hoy?
Un poco porque ya nos conocemos mejor. Otro poco porque dormís tranquila en el cochecito y tengo este rato para escribirte. También porque las semanas que ya pasaron me dan cierta perspectiva. Hay algo de camino recorrido.
Pasaron tus primeros días de este lado de la panza, nuestros primeros días de mirarnos a los ojos, mis primeros días de escucharte (¡tu vocecita!), de darte la teta, de mirarte dormir.
Tus ojos, Julia, son un tema aparte. Naciste mirando, mirándonos, como si hubieras venido para eso. Nos miraste con una intensidad tan contundente, hija. No sé qué palabras se le pueden poner a semejante llegada al mundo. Yo entendí que nos interpelabas desde ese instante y para siempre. Que ya no podremos ser sin tu mirada interrogativa, esperanzadora, curiosa, sabia, honesta.
Hace algún tiempo había soñado algo así como que yo miraba el parto de afuera, y que luego te ponían sobre mi pecho y te prendías a la teta con mucha naturalidad. Y fue bastante parecido a eso; una cesárea, que es un poco como mirar de afuera; después esperarnos otro poco, y reencontrarnos en ese abrazo inmenso y diminuto, ese acople perfecto de amor para el que estamos hechas.

Estos días, decía, siento que ya nos conocemos mejor. Te calmás y te dormís escuchando a Johnny Cash. Te angustiás cuando yo estoy triste (¡hija! estoy trabajando en eso).
Comés con pasión, abrojito. Dormís con calma, con desparpajo, con gula. Te sonreís cuando te hablo, y se me aflojan las medias. Sos una bolahermosa, pipona, repollita de bruselas. Sos un sueño de cachetes y rollos.

Te amo cada día más.
Bienvenida al mundo, pequeña bestia. Y gracias.

viernes, 25 de septiembre de 2015

eclipse superlunar

eso es lo que va a ocurrir en la madrugada del lunes 28.
este lunes.
el que viene.
no sé si eso te hará querer nacer antes de tiempo, pero qué linda manera tiene de anunciarte el universo, hija.

el 5 de enero había una luna llena que se caía del cielo, en Cosquín.
y una semana más tarde, una tormenta eléctrica que desordenó el cosmos. nuestro cosmos.
en ese ínterin decidiste bajar.
ahora, nueve meses más tarde, con la panza en cuarto creciente, una luna roja, gigante, va a empapelar la madrugada del lunes. una luna alineada con el sol. cerquita de la tierra. una triangulación perfecta.

acá te espero, pececita. eclipsada por tu presencia cada vez más contundente.

en colores


domingo, 30 de agosto de 2015

30 de agosto

No quiero olvidarme, Julia, de tu danza acuática ni de la cosquilla en el alma que me produce cada uno de tus movimientos.
Quisiera recordar los momentos íntimos, sencillos, que compartimos, conmovidas por un rayo de sol que te abriga a través de mi panza, o por una canción que parece hablar de nosotras, o por esa luz nueva que entra por la ventana de tu habitación, o por el cartel con tu nombre que, desde hoy, cuelga de su puerta. Y el llanto, que empieza a ser de reconciliación, de profunda emoción porque estás llegando, porque te soñé tanto, con tantas ganas, con tan hondísimo amor; y ahí está ahora ese pececito con el nombre "Julia" clavado en una puerta de la casa.
Quiero disfrutar estas últimas semanas de tenerte tan cerca. Quisiera hacer eternidad este momento sin renunciar a tenerte en los brazos, a mirarnos a los ojos, a acariciarte y cantarte de este lado del vientre. Por eso escribo, supongo. Intento hacer palabras las emociones, pero también intento engañar al tiempo, mi amigoenemigo.
Un día, además, vas a aprender a leer y yo voy a regalarte todas estas cosas. Y el bueno del tiempo va a dar un salto, otra vez, y se me hará un poco más simpático, y se me hará otro poco más misterioso.
Te amo.

Mamá.

miércoles, 29 de julio de 2015

Un día te voy a contar de toda la gente que te hizo upa estos meses, antes de nacer.
<3

domingo, 12 de julio de 2015

semana de cumpleaños

Estas de hoy son palabras para mi hija Julia, no sé para qué recodo del tiempo de su vida que espero que sea larga y hermosa, llena de amor y amigos y feliz magia.

Tal vez, Julia, leas esto cuando seas muy, muy viejita y yo ya no sea. O capaz te lo leo en tu cumple de tres, o te lo canto cuando nazcas en un par de meses.
Julia, el tiempo se me hace como el algodón de azúcar: al chuparlo se disuelve, deja de ser gran nube rosada y se transforma en casi nada, un sabor en la boca.
Tu papá se fue de casa hace un poquito más de dos meses. No duerme más conmigo, ni con vos. No vuelve después de trabajar o cursar. No se despierta del otro lado de la cama. No se baña acá ni prepara la comida, ni va al supermercado.
Ahora viene de visita, algunos días. Yo lo quiero mucho, a pesar de que estoy enojada y triste, y enojada de vuelta. No sé bien qué le pasa.
Hoy le dije: que vos eras nuestra. De los dos. Algo querido, deseado, soñado, preparado entre los dos. Y es cierto, te lo juro. Él también lo dijo. Hoy. Y que te iba a amar mucho.
Ahora llueve y tu papá se fue en bicicleta. A mí me asusta que ande en bicicleta sin luces, pero él dice que va despacio. Creo que esto fue algo importante para él, para decidir irse. Mis sustos, digo. Me asustan muchas cosas, Julia.
A tu papá le dio un susto hoy, de pensarte. Falta tan poco, dijo. Él también tiene miedo.
Yo creo que podríamos haber sido más fuertes juntos. Todos tienen miedo. Vos vas a tener miedo, también. Yo voy a hacer todo lo posible para que tus miedos no te detengan. Nunca. Que sepas que se puede tener miedo pero que el miedo no pueda tenerte a vos.
Los domingos son difíciles. Algunas madrugadas, también. Yo extraño los abrazos de tu papá, sus besos, y esperarlo o que me espere después de un día fuera de casa. Extraño que me diga la chiquita, y dormir la siesta. Extraño mirarlo largo rato a los ojos.
Hoy saqué algunas de sus cosas del placard. No es fácil. No me decido a sacarlo del todo.
Lloro mucho, Julia. Espero que esto no te moleste. Que entiendas que no es con vos. Cada vez que te movés recuerdo que tengo una sonrisa. Y sonrío. Y no hay nada más lindo que saber, corroborar cada vez, que ahí estás, creciendo y pateando. Recordándome que a pesar de los vientos huracanados y las tormentas de verano, el amor existe.
Esta semana cumplo 32 años. Es una barbaridad de tiempo. Mis cumpleaños siempre me ponen un poco sensible. Este es tan especial, porque estás vos ahí y porque tu papá no está conmigo.
Me pone triste eso. Mi papá tampoco está conmigo, pero de eso ya hace mucho tiempo.

Lo que pasa es que me canso de la tristeza. Me canso de la palmadita en el hombro, de las pruebas para crecer y ser fuerte. Sólo quisiera un poco de calma. Vivir un poco menos intensamente. Sí. La intensidad cansa. No deja tiempo para otras cosas. 

sábado, 4 de julio de 2015

Nos esperamos pacientemente. Amorosamente.
Yo me hago preguntas.
Y me asusto. Y me ilusiono. Y me río.
Vos nadás en tu pequeño océano boca abajo.

Acá afuera es invierno, y a veces me da por llorar un día entero.
No es tu culpa, no. Te lo digo bajito y creo que entendés.

Yo quiero ser, para vos, la mejor versión de mí misma.

Te espero y trabajo, mientras vos crecés otro rato.

Acá afuera es invierno y me da por comer chocolate.
Y nos desparramamos las dos, y la tristeza se pliega y se guarda como un pañuelo.

El tiempo pasa extrañamente cuando uno está solo.
No sé qué se hace del tiempo, por ejemplo, en las tardes de sábado.

Ahí adentro, hija, ¿el tiempo no existe?

Trabajo en la sombra de mis miedos, que son como un árbol bajo la tormenta.
Las ramas se agitan, se proyectan como un monstruo terrible, como una cabeza de Medusa.
Pero hay que mirar a los ojos. Al ojo de la tormenta, aunque me convierta en piedra.

Quiero ser ladrillo. Fortaleza y también escalera. Piedra sobre piedra, despacio, me reconstruyo.

Después nos veremos las caras y  tal vez el tiempo estalle, como una piñata.

Vas a darle cuerda al reloj, pequeño cronopio.

domingo, 21 de junio de 2015

Solsticio de invierno

Hijita de las cuatro estaciones:

Allá, en el verano de los grillos, te hicimos upa bajo una luna de reyes.
El otoño nos encontró deshojando árboles que otra vez fueron verdes. Todas las hojas se cayeron, no se salvó nada. Alfombra crujiente para esperarte, dormida. Colchón amarillo para que pises con tus pies blandos, de pan, otros muchos otoños, más felices que este.
Ahora es solsticio de invierno. La estación para esperarte, redonda como la luna, como la gota que quiere y no desprenderse del marco de la ventana. Para abrigarte otro rato hasta que la luna vuelva a llamarte, como sabe llamar a los peces.
Te veremos en primavera, floreciendo como un tilo dulce. Te veremos llegar a esa estación con tu valija de colores, y quedarte dormida en nuestros brazos, y sonreírle al tiempo, a las ganas, a los miedos, a los recuerdos tristes. Como en un sueño, pero con luna nueva. Y toda, toda tuya.

De antes del tiempo

Hijitx:
No sé dónde estás vos; nosotros estamos acá, en Cosquín, que es muy lindo. Hoy es jueves, 8 de Enero, y amaneció soleado, cantando los pajaritos.
El lunes que pasó había una luna llena, redonda y amarilla, a la que miramos un rato largo. Creo que entendió. Y si esta no es, será la próxima. O la siguiente.
Nosotros -yo- no sabemos si estás ahí, en la luna. Pero por si acaso le pedimos.

viernes, 22 de mayo de 2015

Promesa

Qué maricotas estoy, Julia.
Te movés y sonrío. Qué sonrío: se me escapa la sonrisa como un cuis.
Es tan nuevo. Tan hermoso y extraño.
Anoche soñé con un niño. En una librería. No sé si eras vos, pero cuidar a ese niño y mostrarle los libros me hacía cosquillas exactamente en el mismo lugar que tus pataditas. Hondo. Nuevo y raro.

Mirá, esta canción, qué hermosa. Me hace llorar, como casi todo. Es para vos.
Escuchala. Más tarde te la canto. Más adelante la cantamos juntas.




Mamá sabe bien
Perdí una batalla
Quiero regresar
Sólo a besarla

No está mal
Ser mi dueño otra vez
Ni temer que el río sangre y calme
Al contarle mis plegarias

Tarda en llegar
Y al final, al final
Hay recompensa

Mamá sabe bien
Pequeña princesa
Cuando regresé
Todo quemaba

No esta mal
Sumergirme otra vez
Ni temer que el río sangre y calme
Sé bucear en silencio

Tarda en llegar
Y al final, al final
Hay recompensa
En la zona de promesas

lunes, 18 de mayo de 2015

había una vez

El pasado. El futuro. 
Pum.


Pero qué felices fuimos, hija. Te lo juro.

Julia

Hija.
Tu nombre me sabe a vuelta carnero.

Te hablo. Te canto.
Vos bailás.

Te despertás conmigo
comiendo chocolinas.

Nos hacemos saber, de a poco.
Que ahí estamos.
Para siempre.


domingo, 10 de mayo de 2015

crecés, pececito.
eso lo sé porque casi no como, pero la panza se agranda.

te movés.

creo sentirlo, a veces.
sos como una cosquilla, como un empujoncito amoroso hacia adelante.
y yo que parece que me caigo, pero el empujoncito me sostiene.

¿sos feliz, pececito?

¿te gusta nadar?

te prometo llevarte siempre a nadar, cuando salgas.

te prometo palitos de queso, si es que llegan a gustarte tanto como a mí.
te prometo un puré de calabaza que me sale rico.
te prometo besos y abrazos, y cuentos y canciones.

te prometo un mundo, pececito.

uno que te guste, que puedas elegir, dentro del que toca.

lunes, 20 de abril de 2015

Yo (papá) pensaba en ésta canción cuando te fuimos a buscar

we met one day in wet cement
where we glued our eyes shut
and pressed with our fists
and while the trees are shrinking now
they forgot their roots
and sloped in the ground
and while I'm picking out my favorite names
where our future is concerned
in the steady blur of the days
what brought us here, why we try to say
we face back all the way

now the cement's hardened in my chest
a world of wax
scraped in through text
and someone was calling just before I woke up
my broken record spits good and bad luck
and with my broken, pale black eyes
I still see white when the snow falls lightly
in the steady blur of the days
what brought us here, why we try to say
but we face back all the way

Y siempre me va a hacer pensar en vos

domingo, 19 de abril de 2015

hoy no sé, hiji, qué escribirte en el título.
hoy sos vos el bote salvavidas, el juguete preferido que se salvó de la inundación, el pergamino con las pistas del tesoro.
pequeño trompo, vos también, ya ves que las vueltas de la vida se arremolinan con furia, a veces.
hoy vos un poco Rocamadour, yo un poco demasiado triste, bebé, pececito, nariz de botón.
hoy él, yo, nos desencontramos, nos desorientamos a voces en el laberinto. a vos en cuello.
hoy yo salté del avión cien veces. y las cien volví en reversa y te acaricié en la panza para que no recuerdes la violencia del salto.
hoy vos hormigón hormiga en el tornado.
vos refugio calentito en la tormenta.
vos alero bajo la llovizna.
vos reparito, vos helado, vos, vos, vos.

domingo, 12 de abril de 2015

algunas canciones

ya falta poco para que empieces a escuchar, dice la internet.

dejo algunas canciones aquí. que me recuerdan a las ganas de vos, de que seas, de traerte al mundo. otras más de ahorita, de la ilusión de que estés en el horno, pastelito.
<3

bajan

infancia

tiempo y silencio

miércoles, 11 de marzo de 2015

lo que pega

Empezaron las clases. El lunes. Hoy es miércoles a la mañana y ya parece que hubiera pasado mucho más tiempo. Es que este año es un comienzo intenso: más cursos, más alumnos, más responsabilidad -perche sono solari-, más ganas de hacer pis en hora de clase...

El lunes mismo, volviendo del colegio en el 160, pensé que había estado hablando bastante con los alumnos, y que mientras tanto vos estabas ahí. Ahora no escuchás nada, ya sé, pero pensé que dentro de unos meses te va a retumbar toda la burbuja con mis clases de lengua y literatura. Y eso me emocionó.

Después, sabés, la idea es contarte muchos cuentos y leerte muchísimos libros. Ojalá te guste todo tanto como a mí, como a nosotros.

Te amo, pequeña bestia. Felices 11 semanas.

domingo, 22 de febrero de 2015

uniKÉ?

El otro día le quise comprar una ropita. El día antes de la primera eco. Por cábala, porque estaba en el once, porque sí.
Bueno, resulta que el mundo bebé es absolutamente sexista. No es que me sorprenda demasiado, pero no pensé que iba a ser inexistente UNA prenda, al menos, con ALGO DE ONDA y que no fuera ni rosa, ni con maripositas, ni con florcitas, ni celeste, a rayas o con autitos.
DISEÑADORES DE ROPA DE BEBÉS: ¿no se enteraron, todavía, de que hay montones de modelos posibles que puedan no encasillar culturalmente a la criatura? Porque no se trata solamente de mi ansiedad por comprar una prendita en la semana 8, se trata de que después a los pibites les encasillamos la vida con esto de que las flores y las mariposas son para nenas y los autos y los aviones son para nenes. ¿Y si a mi hiji le gusta lo contrario a lo que sus genitales indicarían? ¿EH?

Pequeña bestia: te compré un bodycito liso gris clarito, al que le vamos a coser una batiseñal. Porque seas él o ella, está claro que serás bati. MUA

viernes, 6 de febrero de 2015

AJCO

Resulta que me di cuenta de algo groso.
Estas primeras semanas mi verdadero estado es AJCO.
AJCO cocinar, AJCO ir a comprar a la pollería (qué olor inmundo), AJCO la mera visualización mental de TOSTADAS DE PAN INTEGRAL (wtf?), AJCO las papafritas de paquete que antaño eran mi perdición; en fin: AJCO casi todos los alimentos, por turnos.

ENTONCES ACÁ VIENE LA PAPA:

Los antojos en realidad son una mentira, claro que sí. Estas primeras semanas de horror hormonal una TIENE HAMBRE. POSTA. Pero también, oh destino cruel, TIENE AJCO. Entonces, claroquesí, el antojo es simplemente ese ítem alimenticio que en este PRECISO INSTANTE NO me da AJCO. Y por lo tanto, como dentro mío crece un parásito y muero de hambre, lo quiero YA.

Así, ya pasaron por mi corta experiencia -en orden de aparición-:

-Papasfritas de paquete
-Palmitos con palta y salsa golf
-Palmitos con palta y limón
-Tomate con sal
-Salchicha con savora
-Salame

Consecuencia de ese efímero fanatismo: AJCO.
Sí. Del amor al odio. Al otro día de los palmitos con palta y salsa golf descarté la salsa golf, y luego de eso debí declararme en abierta enemistad con ambos ítems a pesar de lo mucho que los amo en circunstancias normales. El salame de ayer fue el sumum. Es lo más ridículo que se me pudo ocurrir. OK, tenía la presión baja. Pero no ameritaba comprar 150 grs. Ahora me los meto en el culo.
El único que se salvó de tan triste destino es el tomate con sal, al que todavía amo.
Ah, hoy antojé yogur de vainilla. Me compré dos. Uno ya lo comí y creo que voy a ir por el otro en un rato. ÉXITO PARCIAL.

Rayos y centellas

(O rayas y centollas)
Así, podríamos decir, empezó todo.
Tormentas de las de en serio, y de las simbólicas.
Allá y acá.
Miedos crecidos como olas de tsunami, de esas que suelo soñar que se comen la playa y hay que salir corriendo y dejar todo atrás.
Relámpagos a repetición y el atronador vozarrón de la tormenta acaparando todo el valle de Punilla.
Me cago en Zeus y en su poder.

Y vos ahí, ni enterado, multiplicándote exponencialmente.
YA te amo.

Sospechar no es lo mismo que saber

El sábado 24 confirmamos lo que yo venía presintiendo desde el jueves, mínimo, aunque la realidad es que me lo vi venir desde antes, pero como a veces no se sabe distinguir entre la intuición y el deseo me callé la boca. El jueves me sentí pésimo: pésimo. No sólo sentía molestias en el bajo vientre -como si de un momento a otro debiera salir corriendo al baño-, sino que ese mismo huracán de pronto se trasladaba a la zona del estómago y del esófago. Subía y bajaba como el demonio mismo de tasmania. Bueno, pensé, todavía me puede venir. Mañana me puede venir, lo más bien. Esto ya me pasó antes, mamu, ¿te acordás? me hice el evatest, dio negativo y a la mañana siguiente MAGIA me vino.
Bueno. El viernes tampoco me vino y además me sentía peor. A la tarde fui al farmachiti y me compré el test, uno barato. También me compré toallitas, por las dudas. Tenía plan a y plan b.
Intenté retener el pis por 3 horas, como indicaba el prospecto, pero casi me desmayo.
Me fui a acostar y como habitualmente me levanté a orinar en medio de la noche. Serían las 2 am. Me fui a dormir al living, estaba re pasada. Se hicieron las 5. Esperé casi hasta las 6 para que al menos fuera más de día.
Y después, bueno. Mear en una tacita divina que robamos del avión de Turkish, sumergir el coso reactivo, solita mi alma, y volver a la cama a esperar que pasen los 5 minutos. TACA TACA TACA TACA. Nervios a mil quinientos kilómetros por hora. Él dormido, porque son las 6 am. Tiempo cumplido y voy. Me tiemblan las piernas cuando me asomo y veo lo que son claramente dos rayitas. Tomo el coso y camino los dos pasos que separan el baño de la habitación. Lagrimeo y muevo la cabeza en un sí confuso. Todo es confuso ahora. ¿Seguimos durmiendo un rato más?, sugiere él. CLARO QUE NO.
Empezamos.